Ramas Artesanales
Ramas Artesanales
Alfarería y Cerámica
Se dice que la industria de mayor antigüedad es la alfarería, ya que cuando el hombre sintió la necesidad de proveerse
de utensilios no sólo para la guerra y la cacería, sino para su comodidad personal, lo primero que utilizó fue la arcilla. Las
culturas prehispánicas practicaron la alfarería utilitaria, ceremonial y suntuaria. Desde las primeras expresiones se
advierte la aptitud en la creación de piezas de belleza plástica. Con el tiempo, la alfarería se convirtió en una ocupación
completa y las formas y sus decoraciones se fueron perfeccionando hasta alcanzar un alto grado estético.
En el Valle de Toluca sobresalió la alfarería de los matlatzincas, recibió la influencia náhuatl y se manifestó en urnas
funerarias, ollas policromadas, incensarios, copas y platos. Es verdad que la cerámica de esta zona no ostentó la finura y
el brillante policromado de Cholula o México, pero como dice García Payón, con la influencia azteca "el perfecto
acabado policromado y satinado coloca este tipo de cerámica al lado de las más bellas piezas del arte azteca y
cholulteca".
En el periodo colonial, la alfarería no desapareció como otras expresiones indígenas, sino que se transformó al fundirse;
primero, con las tradiciones alfareras del viejo continente y después, al recibir la influencia de elementos plásticos
venidos de oriente; su combinación desembocó en la alfarería de nuestros días.
Actualmente la producción alfarera de México es enorme, ello se debe a las costumbres de nuestro pueblo relacionadas
con su alimentación y al precio económico de los objetos fabricados, factores que han impedido al maquinismo
moderno sustituir por completo los objetos de barro cocido por otros de materiales industrializados.
La mayoría de los centros alfareros del país trabajan con elementos tradicionales fundidos de ambas tendencias debido
al proceso cultural que produjo una nueva tradición llamada mestiza. Entre estos centros se encuentran: Puebla en
especial el barrio de La Luz; Atzompa, en Oaxaca; Metepec, Tecomatepec, Valle de Bravo, Texcoco, Cuautitlán y
Almoloya de Juárez, en el Estado de México.